Las moléculas verdes son compuestos químicos producidos de manera sostenible y con bajas emisiones de carbono. Actualmente, juegan un papel crucial en la transición energética y la descarbonización de diversos sectores industriales.

Estas moléculas verdes son fundamentales para avanzar hacia un futuro energético más limpio y sostenible. Sin embargo, tienen una amplia variedad y distintas aplicaciones, que vamos a abordar en este post.

Los tipos de moléculas verdes

Las moléculas verdes están en continua investigación. Los científicos e ingenieros mejoran continuamente sus rendimientos a la vez que reducen costes. Las moléculas verdes más destacadas en estos momentos son:

Hidrógeno verde

El hidrógeno verde es el más conocido y prometedor de las moléculas verdes. Se produce mediante electrólisis del agua utilizando electricidad de fuentes renovables. Este proceso no genera emisiones de CO2, lo que lo convierte en una alternativa limpia a los combustibles fósiles.

 Amoníaco verde

El amoníaco verde se produce combinando hidrógeno verde con nitrógeno del aire. Se obtiene mediante el proceso de sintesis de amoniaco. Es una molécula versátil que puede utilizarse como combustible o como materia prima en la industria química.

 Metanol verde

El metanol verde se obtiene a partir de hidrógeno verde y CO2 capturado. Es un combustible líquido que puede utilizarse en motores de combustión interna o como materia prima en la industria química.

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 Biocombustibles avanzados

Estos incluyen bioetanol, biodiesel y biogás producidos a partir de residuos orgánicos o cultivos no alimentarios. Son una alternativa renovable a los combustibles fósiles en el sector del transporte.

 SAF (Sustainable Aviation Fuel)

Los combustibles sostenibles de aviación son biocombustibles avanzados específicamente diseñados para su uso en aeronaves, con el objetivo de reducir las emisiones en el sector de la aviación.

Usos actuales de las moléculas verdes

Las moléculas verdes se presentan como una solución para descarbonizar numerosos sectores. Las aplicaciones más frecuentes de las moléculas verdes las encontramos en estos aspectos.

 Industria

El hidrógeno verde se está utilizando cada vez más en procesos industriales, especialmente en la producción de acero y en refinerías, para reducir las emisiones de CO2. El amoníaco verde tiene aplicaciones en la fabricación de fertilizantes y productos químicos.

 Transporte

Los biocombustibles avanzados y el hidrógeno verde se están implementando en el sector del transporte, especialmente en vehículos pesados y de larga distancia donde la electrificación es más difícil. Los SAF están ganando terreno en la industria de la aviación.

 Almacenamiento de energía

El hidrógeno verde se está explorando como una solución para el almacenamiento de energía a gran escala, permitiendo almacenar los excedentes de electricidad renovable.

 Generación de electricidad

Algunas centrales eléctricas están experimentando con la mezcla de hidrógeno verde en turbinas de gas para reducir las emisiones.

 Calefacción

El biogás y el hidrógeno verde se están considerando como alternativas para la calefacción en edificios, especialmente en áreas donde la electrificación completa es un desafío.

La implementación de estas moléculas verdes en España representa una oportunidad significativa para nuestra industria, permitiendo no solo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también crear nuevos empleos y desarrollar tecnologías innovadoras. Como ingeniero en el sector energético, es emocionante ver cómo estas moléculas verdes están transformando el panorama energético y contribuyendo a un futuro más sostenible.

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